INTERNACIONAL
Guerra en Europa

La estrategia del terror de Putin ante el apaciguamiento de Trump

Rusia aprovecha cada muestra de debilidad para atacar a los civiles: Moscú ha bombardeado el centro de las ciudades ucranianas en 25 ocasiones en lo que va de año

Entierro Danylo Nikittskyi y Alina Kutsenko, de 15 años, en la ciudad de Dnipro tras el ataque ruso con misiles.
Entierro Danylo Nikittskyi y Alina Kutsenko, de 15 años, en la ciudad de Dnipro tras el ataque ruso con misiles.Evgeniy MaloletkaAP
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Mientras que los vecinos de Sumy enterraban a sus muertos, como la célebre organista Olena Kohut, llevando flores amarillas y azules en los entierros, el ejército ucraniano lanzaba un ataque de represalia contra la base de la 112 brigada de Rusia a unos 700 kilómetros del frente. Esta unidad es la responsable del ataque en el centro de la ciudad que dejó 35 muertos, todos ellos civiles, y más de 120 heridos. En el bombardeo de venganza, varios drones ucranianos destruyeron las instalaciones y edificios de la brigada rusa.

Aunque Trump calificó este sangriento bombardeo como «un error horrible», es difícil pensar en que el ejército ruso se equivocara de blanco. Moscú usó dos misiles balísticos Iskander con munición de racimo (que extiende el radio de destrucción) en el centro de una ciudad poblada a la hora en la que la gente salía de la misa del Domingo de Ramos. El Iskander, a diferencia de otros misiles, es muy preciso, con lo que la teoría del error de cálculo es más un deseo de Trump que una realidad. Además, la estrategia del terror del Kremlin, habitual durante toda esta invasión, ha incluido este tipo de bombardeos sobre civiles como un arma común.

La sucesión de este tipo de ataques representa un patrón habitual. Hace dos semanas, un Iskander, también con munición de racimo, cayó en un parque infantil de la ciudad de Krivih Rig, localidad natal de Volodimir Zelenski, matando a nueve niños. Una semana antes, los rusos atacaron el centro de Járkiv de la misma forma... En lo que va de 2025 se cuentan ya 25 bombardeos con misiles balísticos en Kiev, Zaporiyia, Dnipro y otras ciudades del este de Ucrania.

Castigo a la moral

Este tipo de bombarderos son consecuentes con una doble estrategia del Kremlin, ya muy engrasada durante toda la invasión: por un lado, es una manera de castigar a la población y doblegar su moral cuando las cosas se atascan en el campo de batalla. A cada avance ruso frustrado suele acompañarlo un ataque a distancia contra los civiles ucranianos. Por otro lado, Vladimir Putin suele actuar así ante maniobras apaciguadoras de sus interlocutores. Cuando percibe debilidad, él siempre muestra su mayor agresividad.

Por ejemplo, tras la llamada telefónica apaciguadora entre el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente ruso Vladímir Putin, realizada el 15 de noviembre de 2024, Rusia lanzó un ataque masivo contra Ucrania. Durante la noche del 16 al 17 de noviembre, las fuerzas rusas dispararon aproximadamente 120 misiles y 90 drones contra diversas regiones ucranianas, incluyendo misiles de crucero, balísticos y aerobalísticos como los Zircon, Iskander y Kinzhal. Este ataque provocó la muerte de al menos siete civiles y dejó 19 heridos

Durante este fallido proceso de paz, en el que EEUU se ha mostrado mucho más duro con Ucrania que con Rusia (incluyendo una humillante escena en la Casa Blanca contra Zelenski), Putin ha desplegado todo su arsenal de misiles y drones contra las ciudades ucranianas, a sabiendas de que Washington no tomará medidas haga lo que haga, pese a que Ucrania ya ha aceptado sus condiciones para el alto el fuego y Putin las ha rechazado ya por dos veces. Para muchos analistas, es Trump el que está postrándose ante un envalentonado Putin.

Otra cosa que ha espantado a los líderes europeos es la actitud de Trump con la oferta de Zelenski para comprar baterías Patriot de EEUU y así defender sus ciudades. El presidente de EEUU, a la pregunta de un periodista, se negó a vender este armamento por 15.000 millones de dólares y se mofó del presidente ucraniano. Putin no podía haber imaginado un mejor aliado en estos momento de la guerra que el actual presidente estadounidense.

Hartos de Europa

En ese sentido, la revista The Economist publica una inquietante información que asegura que los colaboradores de Trump están «hartos» de los esfuerzos de Europa para fortalecer a Ucrania. «Algunos funcionarios del Pentágono incluso han preguntado a un aliado no especificado por qué continúa enviando ayuda militar a Ucrania», cuenta este semanario.

El Secretario de Estado Marco Rubio y el Enviado Presidencial Especial Steve Witkoff viajaron ayer a París para conversar con sus homólogos europeos para intentar convencer a los líderes europeos de las bondades del plan de paz de Trump para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, un objetivo muy complicado, dada la deriva de la actual administración estadounidense y las concesiones que esta prepara para el agresor, Moscú, a la vez que impone duros costes para el invadido. De momento, Europa parece firme en su convicción de seguir junto a Kiev, ya que su propia seguridad pasa hoy por ese apoyo.