Hallar un culpable es un ritual antropológico. Desde hace milenios, existe la tradición de atribuir a una persona, objeto o fenómeno meteorológico los males que nos acechan. Podrían escribirse cientos de páginas al respecto, pero solo citaremos por ahora algunos casos --nótese en ellos la cantidad de mujeres damnificadas--. En la antigua Grecia existía una práctica llamada pharmakos consistente en expulsar de la ciudad a personas elegidas entre las más vulnerables como respuesta a pestes y hambrunas --¿no recuerda por ejemplo a la demagogia de Trump con los inmigrantes?--. Está también lo ocurrido con Pandora, a quien se la acusa de todas las calamidades imaginables por ceder a la curiosidad y abrir la caja que había recibido como regalo de bodas. También se perseguía a las brujas por, por ejemplo, arruinar cosechas, a lo que se añade por supuesto el caso de la culpable universal de nuestro imaginario pop, Yoko Ono, imputada por acabar con los Beatles. Podrían sumarse comentarios sobre los chivos expiatorios y las cabezas de turco. En fin, queda demostrado: la necesidad de hallar un culpable se encuentra hondamente incrustada en nuestra condición humana. Teniendo un culpable, para qué buscar una solución.
¿A qué viene todo eso? Estos días están siendo de frenética búsqueda de las causas del gran apagón del lunes. Es la gran pregunta: ¿Quién es el culpable? Se la hacen en esta interesante conversación Enric Sierra y Antonio Cerrillo. Y también se la hacen millones de personas en las redes sociales, como indica aquí Àlex Tort. Se busca causante para el mayor vahído económico e industrial de las últimas décadas. Cierto que la búsqueda debería tener poco que ver con lo expuesto en el primer párrafo. Ahora se intentan depurar responsabilidades y entender qué ha pasado con objeto de que no vuelva a ocurrir. El coste del incidente será de un máximo de 800 millones de euros según el Gobierno y de 1.600 millones según los empresarios, informan Noemi Navas y Jaume Masdeu.
Paisajes del apocalipsis. Usted mismo tendrá su propia historia acerca de lo ocurrido el lunes y sabrá a quién su imaginación echó primero la culpa. Lola García estuvo 16 horas encerrada en un AVE. Domingo Marchena nos habla del papel que jugó la radio y Asier Martiarena nos explica lo que es un menú frío de apagón. Cristina Jolonch cuenta lo que se siente al no tener efectivo y Luis Florio nos informa de las paradas de actividad en las empresas.
Lee tambiénOtros temas de la 'newsletter' Dinero: Algún día el papamóvil también será chino
El Gobierno está siendo cauteloso en la identificación de los motivos de la pérdida de 15.000 megavatios de potencia en apenas cinco segundos, en un momento en el que la energía fotovoltaica aportaba más del 70% de la generación y solo operaban cuatro de los siete reactores nucleares, así como un reducido retén de centrales de gas e hidráulicas, que pueden elevar con más velocidad la potencia en caso de necesidad. No descartó ninguna causa desde el primer momento, ni siquiera la de un ataque externo, como demuestra la alusión de Pedro Sánchez a la OTAN en su segunda intervención del lunes.
Se busca paciente cero del cero eléctrico. En la rueda de prensa del martes, Redeia afinó algo más y dijo no haber sufrido un ciberataque, lo que tampoco excluye la posibilidad de que lo hayan podido padecer los productores de electricidad. El operador de la red ha dado alguna pista, entre ellas la de la desconexión de una central en el suroeste del país seguida al cabo de apenas un segundo y medio de un desacople similar. Fueron los incidentes que provocaron la caída en cascada del sistema, cuyos estabilizadores no resultaron suficientes. Los directivos de Redeia han aludido a una planta solar como posible origen, aunque desde otros ámbitos, por ejemplo Fedea, especulan con alguna central térmica. A nadie le gustaría estos días ser el propietario de alguna de las instalaciones donde comenzó el problema. Y sin embargo, podría resultar injusto cargar sobre ellas la responsabilidad de lo ocurrido.
Necesario, ¿pero también suficiente? Como hay riesgo de que la opinión pública fabrique sus propios chivos expiatorios en torno al paciente cero, no está de más distinguir entre Pandora y Yoko Ono. Perdón por acudir a estos ejemplos de injusta atribución mágica del mal a sendas mujeres. Y perdón por escribir sobre algo tan complejo sin los conocimientos adecuados. El sistema eléctrico merece algo más serio, tratándose quizá de la maquinaria más perfecta construida por el ser humano. Sin embargo, algo podría decirse. Pandora es la culpable de todas las calamidades imaginables. Yoko Ono fue solo una de las múltiples causas de la separación de los Beatles. Necesaria, nunca suficiente. Aplicado al apagón del lunes: ¿Puede atribuirse la responsabilidad únicamente a un par de centrales? ¿Cuántas cosas funcionaron mal? ¿Qué causas fueron fortuitas y cuáles evitables? Qué fácil es preguntar.
La presidenta de Redeia, Beatriz Corredor
Oficialmente, lo que se sabe hasta ahora es que hubo “un evento aparentemente compatible con una pérdida de generación de cuantía indeterminada”. No es gran cosa. El Gobierno ha constituido el comité de investigación con participación de ministerios y organismos público como la CNMC o los dedicados a infraestructuras críticas y ciberseguridad. Ha reclamado a las empresas que remitan toda la información disponible, milisegundo a milisegundo, acerca de lo sucedido. También se les ha pedido que permitan al CNI acceder a sus datos, informa Fernando H. Valls.
¿Y las empresas? El presidente del Gobierno ha aludido en una de sus comparecencias, la del martes, a la “responsabilidad de los operadores privados”, que no es poco. ¿Se avecina un nuevo choque de Sánchez con las eléctricas? De ser así, tiene sus precedentes, el más señalado de todos el relacionado con el impuesto extraordinario tras la invasión de Ucrania, cuya remodelación fracasó entre presiones de compañías como Repsol.
La foto de la semana. En la misma tarde, Sánchez reunió a las principales compañías del sector y distribuyó una foto en la que aparecen todos los presentes con mirada perdida y gesto cariacontecido. En la fotografía, que es la que ilustra esta newsletter, aparecen Mario Ruiz-Tagle, consejero delegado de Iberdrola España; José Bogas, presidente de Endesa; Pedro Larrea, director general de redes de Naturgy; Santiago Gómez Ramos, director de gestión de energía de Acciona Energía, y Manuel Menéndez, presidente de EDP España. En mitad de todos ellos, la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor.
A Redeia se dirigen ahora todas las miradas. Incluida en el grupo de “operadores privados”, la empresa semipública opera y transporta la electricidad en régimen de monopolio. La compañía está participada en un 20% por la SEPI y controlada a efectos prácticos por el Gobierno, si por controlar se entiende poner y quitar presidentes. Esto no es ningún misterio. Cada cambio de Gobierno implica un relevo automático al frente de la compañía. No hay nada excepcional, estamos acostumbrados.
¿Ha dimensionado Redeia correctamente los recursos para afrontar un evento de estas características? ¿Está preparada la red para gestionar la incorporación masiva de renovables? ¿Fue correcta la programación de potencia planteada el lunes? ¿Reaccionaron correctamente sus equipos a la caída de alguna central? ¿Fallaron los sistemas de aislamiento?
En este artículo, Pilar Blázquez cuenta las bondades de la red eléctrica española y su estrepitoso desvanecimiento. Aquí habla de por qué el Día D llegó en abril. Y aquí cuenta paso a paso lo ocurrido a partir del lunes a las 12 horas 33 minutos 16 segundos y 442 milisegundos. Restablecer el sistema eléctrico resulta comparable a la dificultad de poner en marcha una orquesta con los músicos aislados unos de otros. Portugal se ha llegado a desconectar por precaución de la red española y Francia ha sacado pecho de sus sistemas de defensa frente a la caída del sistema español.
La presidenta de Redeia ya ha dado algunas explicaciones. Dos ideas: “No es correcto relacionar el incidente con las renovables”. “Esta casa ha respondido a la altura de lo que se esperaba de ellos”. La empresa ha sufrido (no en exceso) en bolsa el apagón, ante el temor a verse obligada a afrontar indemnizaciones. Al ser una causa mayor, es posible que no sea tan fácil reclamar una compensación, al menos en el caso de los particulares, explica aquí Javier Ricou.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán
Iberdrola pide aclarar las causas. El apagón ha coincidido con la presentación de resultados de algunas grandes eléctricas. Iberdrola, que anunció un beneficio de 2.000 millones en el primer trimestre, considera que Redeia tiene que “aclarar”, como “responsable del sistema”, lo sucedido. Su presidente, Ignacio Sánchez Galán, no ha entrado en el asunto, más allá de defender las nucleares por “eficientes y seguras”.
Endesa también defiende la nuclear. El consejero delegado de Endesa ahondó en la cuestión nuclear durante la junta de accionistas de la compañía, celebrada también esta semana. “Sería prudente una revisión del plan de cierre del parque nuclear”, dijo tras el apagón.
También están las empresas fotovoltaicas. El sector está muy atomizado y eso resta presencia a un gran actor empresarial. España se encuentra ante el gran reto de integrar de forma masiva estas tecnologías, que no merecen ninguna estigmatización. Su principal interlocutor, la asociación empresarial Unef, defiende estos días que las plantas cumplen los requisitos técnicos exigidos y cumplen los esquemas de programación. Algunos de los expertos consultados estos días por la prensa como Antonio Turiel, investigador del CSIC, indican que la regulación que obliga a las plantas a incluir sistemas de estabilización es reciente, del 2022. Las fotovoltaicas anteriores a esta fecha no llevan estos equipos. Eso pudo contribuir a la enorme inestabilidad de la red.
En fin, ¿quién será el culpable de todo esto? ¿Es posible aplicar un término, el de la culpa, con tan elevada carga moral en un sistema tan complejo como el eléctrico? El análisis forense quizá acabe apuntando a varias causas, muchas necesarias, quizá ninguna suficiente. Los expertos no paran de explicar que la red funciona en N-1, equipada con duplicidades para evitar que un fallo tumbe la red. También explican que la falta de inercia de la fotovoltaica resta robustez a la red. Quizá no se pueda identificar un solo factor, haya una dilución de responsabilidades y el informe final se parezca a ojos de la opinión pública al desenlace de Asesinato en el Orient Express. Quizá haya que pensar, como en los accidentes de avión, en una concatenación de elementos, como si coincidiesen los agujeros de un queso gruyer. Quizá acabemos envueltos en un debate aristotélico sobre causas materiales, formales, eficientes y finales. O quizá esto termine con una Pandora o Yoko Ono de ocasión, como el aclamado vídeo de los albores de la memecracia en el que una chica confesaba haber echado demasiado cloro a la piscina para reconocer haberla "liado parda".
Otras noticias de la semana
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, el presidente del BBVA, Carlos Torres
· La CNMC autoriza once meses después la operación BBVA-Sabadell. Tras nueve horas de reunión, la sala de competencia de la CNMC consiguió pactar el miércoles una postura unánime para aprobar la opa hostil del BBVA sobre el Banc Sabadell sin votos particulares. Los compromisos son asumibles para el banco comprador. Una vez completado este trámite, que se ha alargado durante un año, la pelota pasa al tejado del Gobierno de Pedro Sánchez, que puede ahora endurecer las exigencias por criterios de interés general. No por criterios de competencia, informa Eduardo Magallón .
· La Caixa cesa a Ángel Simón al frente de Criteria. El Patronato de la Fundació La Caixa, presidido por Isidro Fainé, ha acordado esta semana el cese de Ángel Simón, vicepresidente ejecutivo de CriteriaCaixa, su sociedad de inversión que controla al 100% y a través de la que gestiona todas sus participaciones industriales, y su sustitución por Francisco Reynés, hasta ahora presidente ejecutivo de Naturgy, informa Manel Pérez.
· Inditex resiste mejor al golpe arancelario. La prueba del algodón bursátil no engaña: Inditex, matriz de Zara, y los grandes grupos de la moda europeos se están recuperando mejor que las compañías de Estados Unidos de la sacudida del denominado “día de la liberación” de Donald Trump, como comenta aquí Maite Gutiérrez. Los aranceles anunciados por el inquilino de la Casa Blanca el 2 de abril hicieron caer en picado las acciones de iconos de la cultura americana como Levi Strauss, Nike o GAP, pero también de gigantes europeos como Inditex, H&M o Primark.
· Seat sufre las nuevas barreras comerciales. Los resultados de Seat están en la cuerda floja debido a los aranceles al modelo Cupra Tavascan, que se produce en China y se exporta a la Unión Europea con una tarifa del 30,7% a causa de la guerra comercial entre ambos bloques. El beneficio operativo ha registrado una caída del 98% entre enero y marzo, hasta 5 millones, como cuenta Blanca Gispert.
