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Los cinco del clan de los maños que han escoltado al Papa León XIV hasta la cima vaticana

Entre Perú y Roma, Prevost coincidió con numerosos aragoneses. Sus testimonios hacen creer en un papado "valiente", "prudente" y "con una sensibilidad exquisita"

El Papa León XIV, oficia misa en la Capilla Sixtina, un día después de ser elegido Sumo Pontífice.
El Papa León XIV, oficia misa en la Capilla Sixtina, un día después de ser elegido Sumo Pontífice.EUROPA PRESS
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En su propuesta de vida evangélica San Agustín escribió que la «caridad es la ley» y la necesidad de conservarla «por encima de todo». Un espíritu que ha sido brújula para el camino de miles de agustinos a lo largo de los tiempos. El hoy Papa León XIV, el estadounidense Robert Francis Prevost Martínez, es otro de los miles de eslabones de la cadena agustina y misionera. Y su camino, como misionero, vicario parroquial, funcionario diocesano, profesor de seminario, prior general y prefecto, le hizo «conocer el mundo entero», como cuenta a EL MUNDO el ex obispo de Tarazona, Eusebio Hernández. Este aragonés y agustino es uno de los múltiples maños que se han cruzado en el sendero de Prevost: monseñor Jesús Moliné, el obispo de Teruel, José Antonio Satué, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella o el ex capellán del Real Zaragoza y ahora oficial de la Congregación de Obispos en la curia vaticana, Fernando Arregui.

MONSEÑOR JESÚS MOLINÉ. Misionero desde 1973 en Piura (Perú). Ejerció como catedrático. En 1997, Juan Pablo II, le nombró obispo de Chiclayo. Prevost le sucedió en 2014.
MONSEÑOR JESÚS MOLINÉ. Misionero desde 1973 en Piura (Perú). Ejerció como catedrático. En 1997, Juan Pablo II, le nombró obispo de Chiclayo. Prevost le sucedió en 2014.

«Valiente y prudente», apunta Hernández. «Natural, entregado a su misión y humilde», dice Moliné, al que Prevost sucedió como obispo de Chiclayo en 2014. «Con una sensibilidad humana exquisita», apunta Satué. Y Arregui lo define como «un hombre de una sencillez extrema, pero con una profundidad inédita». Cada uno de ellos lo conoció en etapas diferentes de su vida, con diferentes cargos y en diferentes escenarios, pero como apuntan a este diario el estadounidense es un hombre que cree en el diálogo como herramienta para el consenso y al que su misión de casi 40 años en Perú lo ha forjado como hombre y sacerdote. Un perfil que, a juicio de Eusebio Hernández, puede hacer que su postura como Santo Padre esté «entre Benedicto XVI y Francisco».

EUSEBIO HERNÁNDEZ. Ex obispo de Tarazona y Albarracín. Perteneciente a los agustinos recoletos, conoció a Prevost siendo este prior de los Agustinos.
EUSEBIO HERNÁNDEZ. Ex obispo de Tarazona y Albarracín. Perteneciente a los agustinos recoletos, conoció a Prevost siendo este prior de los Agustinos.

Gran parte de su vida la pasó como misionero en Piura (Perú), a donde llegó en 1985. Monseñor Moliné conocía el país desde la década de los 70. El aragonés se encontró con un país convulso, en el que la religión apenas era un soplo entre la violencia y represión política y donde lo más impactante eran las «grandes devociones populares y la falta de formación religiosa». Cuando Prevost llegó a la zona, la fe estaba creciendo, pero la inseguridad -con la concurrencia de acciones armadas y atentados terroristas de las organizaciones Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCL-SL) y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)- y la pobreza seguían estando a la orden del día. Tal vez por eso, como recalca Moliné, cuando León XIV pronunció la bendición Urbi et Orbi este jueves insistió en la evangelización: «Tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros».

J. ANTONIO SATUÉ. Obispo de Teruel. Desde 2023 conoce  al Papa como prefecto del Dicasterio para  los Obispos.
J. ANTONIO SATUÉ. Obispo de Teruel. Desde 2023 conoce al Papa como prefecto del Dicasterio para los Obispos.

Los que lo conocen también consideran que la cuestión climática puede ser un punto que marque este nuevo papado. Primero, porque la espiritualidad agustina ha inspirado las teorías de la ecología cristiana actual, muy en consonancia con la encíclica Laudato sí del Papa Francisco. Segundo, porque, como cuenta Hernández, durante su cometido en Perú pudo apreciar cómo el cambio climático y los desastres naturales acaban partiendo vidas en dos. «Como Francisco, es conocedor de la extrema necesidad de la gente: la pobreza, la soledad y la enfermedad», añade el ex obispo de Tarazona.

FERNANDO ARREGUI. Uno de los más próximos. Coincidían en el Dicasterio, de donde este maño es oficial.
FERNANDO ARREGUI. Uno de los más próximos. Coincidían en el Dicasterio, de donde este maño es oficial.

De todos sus viajes por las más de las 3.000 casas de la Orden de San Agustín (O.A.R.) como prior general de la orden desde 2001 a 2013 y de sus reuniones semanales con los obispos como prefecto del Dicasterio para los Obispos desde 2023, los que le han tratado lo destacan como un hombre de consenso. «En las reuniones, en las que también estaban arzobispos como Cobo y Omella, buscaba que todos participáramos y es que, en la práctica, transparentaba sinodalidad», recuerda el obispo de Teruel, Satué.

JUAN JOSÉ OMELLA. Arzobispo de Barcelona. Se  veían en las reuniones del Dicasterio.
JUAN JOSÉ OMELLA. Arzobispo de Barcelona. Se veían en las reuniones del Dicasterio.

Todo parece indicar que Prevost será un papa dialogante, sencillo y entregado, pero, para Arregui, existe otro rasgo diferencial en Prevost: «Es empático y muy reflexivo, pero, al mismo tiempo, muy sereno». El pasado 8 de mayo empezó el papado de León XIV. Apenas han pasado dos días desde su elección pero algunos, como Omella, dicen que «va a sorprender». Otros, como Satué, ya proyectan sus esperanzas: «Estoy seguro de que va a ser una persona que va a contribuir a que crezca la paz tan necesaria en nuestro mundo». Un desafío que transmitió en sus primeras palabras desde la Logia de las Bendiciones. Prevost repitió una decena de veces la palabra «paz» y, siguiendo la filosofía agustina, pidió a los feligreses reunidos en San Pedro y al mundo entero, unión y comunidad para alcanzar la concordia en estos tiempos: «Ayudadnos también vosotros, luego los unos a los otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz».