(Punto cero) Para ilustrar el Jornal de hoy hemos plagiado Cuadrado negro sobre fondo blanco, de Malévich, obra en la que aparece, como es obvio, un hombre escribiendo. No lo duden: negro sobre blanco, todas las líneas negras posibles están trazadas sobre ese fondo blanco. En consecuencia, todos los posibles hombres escribiendo, igual que todos los posibles hombres y todos los posibles textos, están dibujados ahí. El fondo blanco, además, representa la luz sobre la que cae a plomo el cuadrado negro del apagón, ¿se comprende que era imperativo plagiar esta pintura y no otra? En nuestra versión, sin embargo, la pintura está invertida. Entiéndase: lo que hay naturalmente, lo subsistente, es el apagón, el fondo negro. El cuadrado blanco de la luz no es más que un islote precario que acabará por hundirse de nuevo en la negrura.
Pero también podemos interpretar que el marco negro es un hoyo cuadrado sin fondo en el que se precipita el cuadrado blanco de los españoles majos, seres de luz, tomando cañas, desnuda su miseria, negándose a ver el abismo que se los traga y arrastrando con ellos a los demás españoles. Entre estos últimos está el diarista: ahí lo vemos escribiendo este Jornal, e infinitamente escribiendo versiones de este Jornal y los Jornales que desmienten lo escrito en este Jornal, y la refutación de los Jornales que desmienten este Jornal; escribe también la Vida de Arcadio en primera y en tercera persona, y las vidas de los otros Arcadios que no fueron; escribe las estregas posteriores de su biografía, incluyendo aquellas en las que, ya mayor y un punto cascarrabias, se dirige a sus yoes anteriores hablándoles de usted; escribe las biografías en las que se eterniza conectado a la inteligencia artificial y todos los posibles caminos en el infinito de una vida conectada y eterna; y mientras escribe este Jornal tiene escritos en el margen del cuaderno todos los decimales de pi, que contienen este Jornal y este texto y todos los textos, porque este es un infinito en acto, nada de esa flojera de infinitos sincategoremáticos; y entre un diarista y otro vemos escrita la fórmula que consigue unificar las cuatro fuerzas de la naturaleza y todas las fórmulas que no lo consiguen pero lo parece; y cada uno de los algoritmos que codifican cada universo concebible; y todas las fórmulas tezanas con todos los resultados posibles de las próximas elecciones generales, incluyendo aquellos en los que Pedro Sánchez es el único español que ha votado a Pedro Sánchez (condición necesaria, aunque no suficiente, para la redención de los españoles). Mientras tanto, el tiempo dibuja un diagrama de Voronoi en el cuadro blanco, anunciando la fragmentación irreversible de la sociedad española; porque esta obra de Malévich es considerada punto cero de la pintura, pero el cero absoluto del apagón de Sánchez no va a ser el punto cero de nada, porque nada va a cambiar.
(Terminado el domingo cuatro de mayo, tarde, reconociendo que esta ilustración comentada me ha quedado como aquel libro cómo se llamaba ah sí El infinito en una paja.)