Las faltas de respeto eran el pan de cada día entre el personal de un Burger King. Sin embargo, cuando la gerente de un establecimiento de esta cadena presuntamente cruzó líneas rojas al llamar “puta” y “gorda” a una empleada, la empresa decidió despedir a la gerente. El caso ha acabado en los tribunales. Así se despende de la información publicada por Sur.
Sin embargo, el resultado no ha sido el esperado por la trabajadora víctima ni por la empresa que decidió despedir a la denunciada. Y es que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha vuelto a dar la razón a la gerente desestimando un recurso interpuesto por la empresa tras una primera sentencia que declaraba improcedente este despido.
Tras el nuevo fallo, la empresa deberá readmitir a la denunciada o pagarle una indemnización de 15.001 euros. La gerente tenía un contrato indefinido a jornada completa y cobraba un salario de 1.885 euros desde 2016. Ejerció como gerente hasta 2023, año en el que otra compañera se quedó con su puesto de trabajo. Fue entonces cuando “comenzó a crearse un clima de conflictividad laboral entre los empleados surgiendo dos bandos”, según se desprende de la sentencia a la que ha tenido acceso el citado medio.
Improcedencia
El tribunal considera que la carta de despido era “demasiado genérica y la sanción desproporcionada”
En este contexto, una de las trabajadoras que estaba del lado de la nueva responsable empezó a “sentirse despreciada, minusvalorada por algunos de sus compañeros y encargados”. Fue entonces cuando remitió una carta a la empresa en la que informaba de continuas “falta de respeto, insultos, desprecios, faltas de puntualidad, mal servicio y trato despectivo” por parte de la anterior gerente. Aseguraba que esta mujer le había 'lanzado' comentarios como: “Eres una fresca”, “eres una puta” y “apúntate al gimnasio, que te toca ya; estás gorda”.
Además, la empresa pudo comprobar a través de las cámaras de seguridad del establecimiento que la exgerente desatendía su trabajo de forma habitual para salir a fumar. “Durante los descansos, la demandante salía a fumar a la terraza y acostumbraba a conversar con los trabajadores con los que mejor relación tenía”, detalla la sentencia.
Por todo estos hechos, la empresa decidió despedir a la exgerente por causas disciplinarias. Se argumentaba deslealtad, abuso de confianza y transgresión de la buena fe contractual, detalla el citado medio. La despedida recurrió ante el Juzgado de lo Social nº19 de Barcelona, que declaró improcedente el despido. “Los hechos imputados a la trabajadora en la carta de despido y en los que la empresa se ampara para acometer el despido disciplinario del que la demandante fue objeto no se corresponden con los que se han logrado acreditar en el acto del juicio”, se lee en la sentencia.
Tras este primer fallo, la empresa presentó un recurso de suplicación en el que se pedía una revisión de los hechos, pero el Superior de Justicia de Catalunya lo ha rechazado. En las argumentaciones de esta decisión, los magistrados exponen que la carta de despido era “demasiado genérica y la sanción desproporcionada” y que la empresa no realizó una investigación suficiente para verificar las acusaciones.