Los 22 puntos que ha conseguido Carlos Corberán son los mismos que logró Rubén Baraja cuando llegó sobrepasado el ecuador de la temporada 2022-23 en una situación crítica . Igual a la que estaba atravesando este equipo el pasado mes de diciembre. Con Baraja se lograron esos puntos en las 17 jornadas que le quedaron cuando cogió al equipo en descenso (18º clasificado en la jornada 21º de la Liga con 20 puntos, y acabó el 16º con 42 puntos). Mientras que con Corberán se han cosechado los mismos puntos pero en cuatro jornadas menos. Porque cuando llegó, el equipo sumaba 12 puntos en 17 duelos y hoy cuenta con 34 (tras dirigir 13 choques).
Baraja a su llegada en la 2022-23
- El equipo era antepenúltimo con 20 puntos (jornada 21º)
- Tuvo por delante 17 jornadas donde sacó 22 puntos
- Acabó la Liga con 42 puntos salvándose en la última jornada
No es que se tenga que desmerecer a uno para alabar a otro. No. Lejos de estilos que cada uno haya implementado... Ese no es el Leitmotiv. La clave para que este equipo haya sumado los mismos puntos que le costó sacar hace dos años para salvarse en la última jornada de la competición reside en la experiencia adquirida para salir de esa situación que la están poniendo en práctica en este momento.
La base de la actual plantilla, clave en el momento crítico
Se ha hablado y atribuido mucho a una plantilla joven la falta de experiencia en su debe, algo normal y lógico en fases de crecimiento y formación sobre todo cuando se alcanza la élite del fútbol. Lo cierto es que la segunda parte de la temporada 2022-23 el sufrimiento fue al límite. Y además de ese nutrido grupo de jugadores que hoy siguen formando parte de la plantilla. Léase casos como Mamardashvili, Jaume, Diakhaby, Vázquez, Gayá, Guerra, Diego López, Guillamón, Fran Pérez, Hugo Duro...
El Valencia con Corberán
- El equipo estaba último en la jornada 18º... cuando llegó
- Sumaba apenas 12 puntos
- Lleva dirigidos 13 partidos en los que ha contabilizado 22 puntos
El equipo ha sabido a lo que jugaba cuando la situación se puso al límite el pasado diciembre. Porque el equipo no funcionó con Baraja hasta el punto de acabar 18º clasificado en la jornada 18 tras aquel duelo tan eléctrico ante el Alavés en Mestalla del que pudo recuperar un punto 'in extremis'. Pero faltaba por ver si ese cambio de rumbo con el nuevo entrenado iba a salir bien.
Experiencia que no tenían hace dos años
Estos tres meses han servido para que esta plantilla de jóvenes haya sacado la experiencia vivida de hace dos años en la que todo fue nuevo. La mentalidad estaba clara. Saber moverse en tierras movedizas y no perder la esperanza. Es lo primero que se planteó esta plantilla. Son jóvenes pero ya han tenido que vivir capítulos complejos. Donde saber administra emociones y rendir para sumar puntos.
Cómo ha gestionado la presión de Mestalla: a favor y en contra
Y luego, una clave. Hacerse fuerte en... Mestalla. Que hubiera comunión con la grada para que fuera ese 'Jugador número 12'. De hecho, el equipo ha podido con la presión de jugar partidos trascendentales -estando lejos de los puestos de salvación- como los duelos contra la Real Sociedad (1-0), el Celta (2-1) y el Leganés (2-0). Después llegó el traspiés ante un transatlántico como el Atlético, pero se hicieron fuertes de nuevo ante Valladolid (2-1) y Mallorca (1-0). Saber jugar con la presión a su favor (la grada apoyando) y la presión en contra (saber gestionar emociones) es el salto de calidad de esta plantilla. El que ha hecho encauzar la temporada, salir de abajo y ahora sólo reafirmarlo. Dos triunfos más en los ocho partidos que quedan podrían ser incluso suficientes cuando en Navidad 'pintaban bastos'.
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