La patronal ya expresa abiertamente su decepción con Salvador Illa. Presuponía Foment que el socialista aportaría estabilidad política y seguridad jurídica a Cataluña. Que su Govern favorecería la generación de un ecosistema amable para la actividad privada. Pero se ha topado con un PSC rehén de la izquierda soberanista, que ha constituido una suerte de tripartito en la sombra con ERC y los comunes para salvar la minoría parlamentaria que le lastra y así aprobar las principales medidas económicas del mandato. El resultado está siendo el mantenimiento e incluso impulso del infierno fiscal catalán y el diseño de una política de vivienda tan contraria a los intereses de los propietarios que hasta cuenta con el marchamo y beneplácito de la CUP, una formación abiertamente antisistema.
Josep Sánchez Llibre estalló ayer contra el Govern. Acusó a Illa de estar conduciendo a Cataluña al «decrecimiento y la miseria» al avanzar «en la dirección contraria que necesitaría la economía productiva» a través de su «tripartito encubierto». El presidente de Foment emitió esta dura reprimenda tras haber aprobado el Ejecutivo catalán hace dos semanas, junto a ERC, los comunes y la CUP, un decreto de vivienda que regula los alquileres de temporada y de habitaciones para evitar que determinados propietarios esquiven, mediante esas vías, la limitación de precios al arrendamiento vigente en Cataluña.
Esta circunstancia se produce unos meses después de que el PSC, con su abstención, y Junts, con su voto en contra, tumbaran en el Parlament la regulación del alquiler de temporada que había impulsado el Govern de ERC mediante un decreto ley de urgencia aprobado justo antes de la campaña de las elecciones autonómicas del 12 de mayo. Así que el desconcierto en la patronal es total.
Y no lo es únicamente por cuestiones referidas a la vivienda. En marzo, Sánchez Llibre ya previno a Illa. Aseguró «tener ciertas dudas sobre el comportamiento fiscal del Govern» y pronosticó que «la influencia de los comunes en el Ejecutivo catalán hará perder atractivo al país». Ocurrió después de que la formación integrada en Sumar acordara duplicar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales para los grandes tenedores de vivienda, así como la tasa turística a los alojamientos. «Será un campo de minas fiscal», auguró Sánchez Llibre. «Van en el camino de redistribuir la miseria en nuestro país», redundó en idénticos términos a los empleados ayer.
«Continuamos confiando en el presidente Illa, pero le hemos lanzado una advertencia», avisó ya entonces. Pero, lejos de rectificar, el socialista ha reincidido, y de ahí el nuevo y más severo toque de atención del presidente de la patronal catalana, que había demostrado una notable sintonía con el dirigente del PSC tras el regreso de las primeras grandes corporaciones huidas durante el procés y avalado el regreso de la «normalidad» a Cataluña que propugnan tanto el president como el jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, siempre que tienen ocasión.
Para Sánchez Llibre ya es hora de que Illa explore «otras mayorías» en el Parlament, es decir, que contemple pactos sociovergentes con Junts para «restaurar el respeto a la propiedad privada y la libertad de empresa».
Sánchez Llibre rehabilitó a Puigdemont
A pesar de que en su ADN figura una capacidad intrínseca para el equilibrismo, Foment se está alejando del PSC para aproximarse a los neoconvergentes. Cabe recordar que un mes antes de los comicios catalanes, Sánchez Llibre viajó a Francia, donde Carles Puigdemont se estableció durante la campaña, para colocar al líder de Junts la chaqueta de presidenciable, dándolo por políticamente rehabilitado y bendiciéndolo como un aspirante fiable al que poder respaldar en las urnas a pesar de haber despeñado a Cataluña por el precipicio con su referéndum ilegal siete años atrás.
En los últimos meses Foment ha aportado pruebas de esta aproximación al recurrir a Junts para frenar el impuestazo energético del PSOE que ponía en riesgo la inversión millonaria de Repsol en la petroquímica de Tarragona o al expresar su confianza en que la formación heredera de Convergència frene en el Congreso la reducción de la jornada laboral del Gobierno.
Esto es, Foment llama abiertamente a Junts a boicotear la acción política del Ejecutivo, mientras insta a Illa a entenderse con la derecha nacionalista catalana si quiere conservar su aura de president de orden.