CaixaBank mantiene la estela del sector en el arranque de año con un beneficio que en el primer trimestre alcanzó los 1.470 millones de euros. En términos contables, la cifra supone un 46,2% más que el mismo periodo de 2024, pero la entidad reconoce que existe cierta distorsión por la forma en que tiene que contabilizar ahora el primer pago del impuesto extraordinario a la banca creado por el Gobierno; sin esa variable, es decir, en términos comparables con el año pasado, las ganancias de la entidad crecieron un 6,9%.
En este sentido, el banco ha explicado que en el primer trimestre del año pasado registró la totalidad del gravamen, 493 millones, mientras que en el de este año ha contabilizado el 25% del Impuesto sobre el margen de intereses y comisiones, 148 millones. "Estamos viendo lo que habíamos dicho. Habíamos llegado a llamar a este impuesto la 'tasa CaixaBank' y las cifras nos dan la razón. No acabamos de entenderlo, cuando además tenemos una estructura de propiedad que lo pagan los accionistas, el propio FROB y los otros 500.000 accionistas que tenemos. Y que nos crezca mientras otras entidades están teniendo reducciones elevadísimas no es fácil de entender", ha lamentado Gonzalo Gortázar, consejero delegado del banco, si bien es poco optimista respecto a ningún cambio en el corto plazo.
Pese a ello, el Gortázar se ha mostrado satisfecho por los resultados hasta marzo. Las ganancias se han apoyado en el aumento de la actividad comercial de la entidad y en el impulso de las hipotecas, cuya nueva producción se ha disparado un 62% entre enero y marzo respecto al mismo periodo de 2024, hasta alcanzar 4.508 millones de euros. En general, la nueva producción de crédito ha sido una de las bazas del grupo, que vio crecer un 11% los préstamos al consumo (hasta 3.374 millones) y un 4% el crédito a empresas, hasta 10.995 millones.
En cuanto a su actividad comercial, CaixaBank registró un aumento del 8,5% de los recursos de clientes y del 2,9% de la cartera de crédito sana respecto a marzo de 2024. Además, en los últimos doce meses, la entidad suma cerca de 340.000 nuevos clientes en España. "Hemos iniciado el primer ejercicio del nuevo plan estratégico con un avance significativo en nuestros objetivos: estamos acelerando el crecimiento de la actividad; impulsando la transformación de nuestras operaciones y la inversión en el negocio; hemos reducido los saldos dudosos, y mantenemos unos elevados niveles de liquidez y capital", ha valorado Gortázar tras la publicación de las cuentas este miércoles.
No obstante, las cuentas del banco ya empiezan a reflejar el impacto de las bajadas de tipos, que han penalizado al margen de interés y lo han llevado a un descenso del 4,9%, hasta 2.646 millones, que fue "parcialmente compensando" por el crecimiento en volúmenes. El diferencial de los clientes se redujo en 11 puntos básicos, hasta el 3,2%.
Los ingresos por servicios crecieron un 6,8%: un 16,5% en gestión patrimonial, un 1,9% en seguros de protección y un 1,4% en las comisiones, a pesar de la reducción del 1,4% en las comisiones bancarias recurrentes.
Los recursos de clientes alcanzaron los 690.523 millones, un 8,5% más, y la gestión patrimonio subió en 18.411 millones (+7,5%), hasta 264.402 millones y una cuota de mercado del 29,2%.
Por el lado de la morosidad, el banco sigue reduciendo la tasa a niveles históricos. Los saldos dudosos cayeron en 160 millones, hasta los 10.076 millones, con una tasa de morosidad del 2,5% -frente al 2,6% de cierre de 2014- y un ratio de cobertura del 70%, mientras que el coste de riesgo fue del 0,25% en los últimos 12 meses.
En cuanto a liquidez, los activos líquidos totales alcanzaron los 171.170 millones, y el Liquidity Coverage Ratio (LCR) a 31 de marzo era del 197%, muy por encima del mínimo requerido del 100%. En capital, la ratio Common Equity Tier 1 (CET1) de gestión estaba en el 12,5% a cierre del trimestre.
Caída en Bolsa
En el Ibex 35, los inversores se han mostrado recelosos a la hora de acoger las cuentas del grupo. Las acciones de la entidad encajan una caída del 5,5% al filo del mediodía que sitúa el precio de los títulos en 6,58 euros. Preguntado al respecto, Gortázar ha asegurado que están "bastante acostumbrados a reacciones más fuertes en el día de resultados por el posicionamiento de corto plazo. Nos gusta ver la evolución una o dos semanas después de resultados. Tengo confianza de que se acabará imponiendo una visión positiva".
Para Sergio Ávila, analista de mercado de IG, el retroceso puede derivar de "la llegada a zona cercana a resistencias clave (6,92 euros), lo que podría provocar cierta toma de beneficios, aunque manteniendo la tendencia alcista de largo plazo".
En Bankinter, el departamento de Análisis de la entidad mantiene su recomendación de compra alegando que "la rentabilidad/RoTE evoluciona mejor de lo esperado", que "los índices de calidad crediticia son de los mejores en España y la política de remuneración para los accionistas es atractiva", que la morosidad es baja y que "el equipo gestor mantiene un guidance 2025 que parece alcanzable".