ESPAÑA
ESPAÑA

Una Iglesia para todos, una España para todos

"Francisco insistió durante sus 12 años de papado en la importancia de luchar por una sociedad abierta, dialogante y sin exclusiones"

El Papa Francisco con Alberto Núñez Feijoo en 2021.
El Papa Francisco con Alberto Núñez Feijoo en 2021.
PREMIUM
Actualizado

La muerte del Papa Francisco pone fin a un pontificado que ha dejado una huella profunda en millones de personas alrededor de todo el mundo. Durante más de una década, Jorge Mario Bergoglio ha representado una forma cercana, directa y comprometida de ejercer el liderazgo espiritual para mil millones de católicos en un contexto especialmente convulso. Hispanoamericano, jesuita y valiente, creyentes y no creyentes valoran hoy su empeño por poner en el centro a los olvidados, por modernizar importantes estamentos eclesiásticos y por romper tabúes externos e internos en el seno de la Iglesia Católica.

Lo pude comprobar de primera mano en la audiencia que mantuvimos en el Vaticano en junio de 2021, que recuerdo con especial emoción. En aquel encuentro, como presidente de la Xunta de Galicia, tuve el honor de invitar personalmente al Santo Padre a peregrinar a Santiago de Compostela con motivo del Año Santo 2021-2022, el primero de la historia que, gracias a su generosidad, se celebró de forma bianual debido a la pandemia. Su respuesta fue cálida y cercana, recordando con cariño su convivencia con mis paisanos en su Buenos Aires natal -"todos los españoles eran gallegos", rememoró- y expresando su genuino aprecio por el pueblo gallego. Aunque la visita no pudo materializarse debido a una salud ya maltrecha y a otros compromisos internacionales, su intención de venir a Galicia quedó como un gesto de afecto que siempre valoraré profundamente.

No es el único Papa que he conocido. Como aquel viaje a Roma, siempre recordaré la visita que hizo a Santiago su predecesor, Benedicto XVI, en el Año Xacobeo de 2010. Aunque es bien sabido, conviene recordar en un día como hoy que los dos últimos Papas han encarnado estilos muy distintos de liderar la Iglesia. Uno lo hizo desde la reflexión teológica y la profundidad intelectual; el otro, desde su propia experiencia pastoral y social. Ambos, no obstante, demostraron el compromiso con los desafíos de su tiempo. Esa diversidad nos enseña que no hay una única forma de servir, sino muchas maneras de ejercer el liderazgo, todas válidas siempre que partan de la vocación y la entrega a los demás.

En este sentido, Francisco insistió durante sus 12 años de papado en la importancia de luchar por una sociedad abierta, dialogante y sin exclusiones. Lo resumió con una frase que, con gran repercusión, pronunció en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Lisboa en 2023: "En la Iglesia hay lugar para todos". Un mensaje que conecta con la sociedad que un representante político ha de procurar para sus ciudadanos -integradora, tolerante, conciliadora- y con el que, por tanto, me siento identificado como presidente del principal partido de España. Ahí mi propósito de preservar una nación en la que quepamos todos, sin imposiciones ni uniformidades, si bien garantizando un sentimiento común de pertenencia.

Acabamos de vivir una Semana Santa en la que casi 30 millones de españoles han participado en procesiones y actos culturales ligados al credo católico. Esa vivencia -que es fe, pero también comunidad, identidad y patrimonio compartido- muestra hasta qué punto la espiritualidad sigue siendo parte del alma de nuestro país. Algo que trasciende al puro dogma. Por ello, en estos momentos de duelo, quiero enviar un sentido abrazo a la comunidad católica y, en particular, a los millones de españoles que encuentran en la fe un faro en sus vidas. La pérdida de Francisco nos conmueve a todos, pero también nos inspira a continuar su legado de concordia, reparación y servicio.

* Alberto Núñez Feijóo es presidente del Partido Popular.