INDUSTRIA AUDIOVISUAL

Donald Trump enturbia el «espectacular» año del cine ‘made in Canarias’

El sector en las Islas confía en que los aranceles a las películas y series rodadas fuera de los Estados Unidos se queden en otra alharaca del magnate

Gerard Butler, en el rodaje de ‘Juego de ladrones 2’ en la playa de Las Teresitas, en Santa Cruz de Tenerife.

Gerard Butler, en el rodaje de ‘Juego de ladrones 2’ en la playa de Las Teresitas, en Santa Cruz de Tenerife. / Andrés Gutiérrez

Santa Cruz de Tenerife

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha sembrado de incertidumbre la economía mundial. Una incertidumbre de la que no se libra ningún sector ni actividad. Nadie escapa al caos que ha desatado la versión 2.0 de la Administración Trump. Ni siquiera una industria tan peculiar como la cinematográfica, que en Canarias va camino de cerrar un año histórico tanto en número de producciones como en facturación.

El presidente de los Estados Unidos (EEUU) pretende ahora imponer un arancel del 100% –el máximo– a todas las películas producidas y rodadas fuera de su país. «¡Queremos cine hecho en EEUU otra vez!», anunció el magnate en la red Truth Social, es decir, en su red –Truth Social pertenece a la empresa Trump Media & Technology Group, de la que el mandatario norteamericano es el principal accionista–.

El caso es que el anuncio de nuevos gravámenes a las películas y series que se rueden fuera de EEUU irrumpe con la industria audiovisual canaria en un momento de esplendor. Cada vez son más los rodajes que, en su totalidad o en parte, se llevan a cabo en el Archipiélago, y muchos de ellos son superproducciones de Hollywood. La lista es cada vez más larga: Rambo V: Last Blood, Furia de titanes, En el corazón del mar, Jason Bourne, Fast and Furious 6, Eternals, Han Solo: una historia de Star Wars...

En el clúster esperan que la oposición de las propias productoras norteamericanas doblegue a su presidente

El sector audiovisual canario se ha labrado una más que notable reputación al calor de la riqueza paisajística de las Islas y, por supuesto, de uno de los incentivos fiscales más atractivos de España y Europa. Un incentivo tributario consolidado, conocido, ilimitado y libre ya de las interpretaciones más o menos sesgadas de los inspectores de Hacienda. Todo está listo para que esta industria, acaso el mayor éxito colectivo en pos de la ansiada diversificación de la economía regional –siempre tan dependiente del turismo–, siga creciendo con paso firme. Pero en estas llega Trump.

Un año «espectacular»

«2025 está siendo un año espectacular», explica Jaime Romero, consejero delegado de Macaronesia Films –una de las empresas que ha contribuido al extraordinario crecimiento del sector en el Archipiélago– y miembro de la directiva del Clúster Audiovisual de Canarias. Un momento de bonanza, amenazado ahora por Trump, en el que tienen mucho que ver dos grandes y recientes conquistas: por un lado, las sentencias de la Audiencia Nacional –adelantadas por este diario– que contradicen a la Hacienda estatal y blindan a los productores contra las veleidades de los técnicos del fisco, que venían negando el disfrute del incentivo fiscal a determinados proyectos –las dos últimas sentencias dan la razón a los promotores de Ira de titanes y La fría luz del día– de forma indebida; y por otro lado, y sobre todo, la supresión del límite anual de 50 millones de euros que hasta mediados del año pasado le restaba potencial al incentivo tributario.

Hay series «muy grandes» que van a rodarse en el Archipiélago en los próximos meses

Este límite suponía que cuando se agotaban esos 50 millones, esto es, cuando la suma de las bonificaciones fiscales disfrutadas por todas las productoras alcanzaba esa cifra, ninguna otra empresa, ningún otro proyecto o rodaje, podía aplicarse el incentivo durante ese año. En el mejor de los casos, la productora esperaba al siguiente año, cuando el contador de los 50 millones volvía a ponerse a cero, pero en el peor de los casos, se iba a rodar a otros lugares. Pero ahora, con una bonificación ilimitada –el Consejo de Ministros suprimió ese tope de 50 millones en mayo de 2024–; con la seguridad jurídica garantizada por las sucesivas mejoras de la normativa, en unos casos, o por la intervención judicial, en otros; y con un tejido empresarial propio y en franca expansión, solo Trump podía perturbar a la industria audiovisual isleña.

De la teoría a la práctica

Aunque eso sí: una cosa es lo que pretenda el presidente de EEUU y otra cosa es lo que consiga poner en práctica, y no hay más que ver lo ocurrido con los aranceles a las importaciones de bienes y mercancías para darse cuenta. A ello se aferran en el sector audiovisual de Canarias, sabedores de que la suya es una de las actividades más «globalizadas», en palabras de Romero, que pueden encontrarse. No en vano, una película o serie cualquiera puede rodarse en dos, tres o cuatro países distintos, para luego acabar en Netflix, Amazon, HBO o cualquier otra plataforma.

No se trata de gravar la importación de un vehículo, una lata de aceite o un contenedor de mariscos; una obra audiovisual no es algo tangible, con lo que a la Administración Trump no le resultará sencillo poner en práctica un arancel a un bien inmaterial que se produce en múltiples sitios y que, para más inri, termina por explotarse en EEUU.

«Porque aunque se ruede en Canarias, la explotación es en Estados Unidos», subraya el directivo del Clúster Audiovisual, quien precisa que, al final, ese proyecto, ese filme, beneficia a todos los intervinientes en su producción. «Es un todo que beneficia a todo el mundo», agrega Romero, quien puntualiza que lo que sí ha conseguido ya Trump es generar incertidumbre, de ahí que en la pujante industria isleña se mantengan expectantes.

«Caos»

En línea con el representante del Clúster, la socia-directora del bufete Écija Canarias, Carmen Aguado, ve «muy complicado» que el magnate norteamericano logre imponer ese arancel del 100% a lo que en el fondo es una prestación de servicios. Entre otras cosas porque va a toparse –de hecho ya se ha topado– con la oposición frontal de las mismas productoras estadounidenses, que en lugares como Canarias encuentran condiciones idóneas, fiscales pero también de otro tipo, para ejecutar sus proyectos. Esto no quita, añade Aguado, para que Trump sí haya conseguido –una vez más– «sembrar el caos».

Entretanto, la industria audiovisual del Archipiélago atrae cada vez más inversores, explica la directora de Écija Abogados –quien este mismo miércoles trabajaba en los pormenores administrativos para una próxima película–, y de hecho están por llegar «series muy grandes», nuevas grandes producciones. «Las expectativas son muy buenas, vamos a tener un muy buen año», afirma Aguado. Un muy buen año que incluso Trump tendrá difícil estropear.

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