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Entrevista

Benjamin Heelan (Bank of America): "La capacidad industrial militar es, en sí misma, un elemento de disuasión"

El responsable de análisis para Defensa en Europa afirma que el verdadero impacto del aumento del gasto se notará en dos años

El dron Sirtap de Airbus.
El dron Sirtap de Airbus.EM
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Tal vez la mejor forma de saber por dónde puede ir el rearme de Europa no sea preguntar a un político ni a un militar, sino a quien mueve el dinero hacia (o desde) las empresas de defensa. Si se sigue esa estrategia, la persona adecuada es Benjamin Heelan, jefe de análisis de Bank of America para Defensa, Aeroespacial y Bienes de Capital en Europa, Oriente Medio y África.

La sumisión de Donald Trump a Rusia, su abierta hostilidad hacia Europa, y la decisión de la UE de crear un fondo de 150.000 millones de euros para defensa ante la agresividad de Rusia y la indiferencia de EEUU han puesto a los sectores que sigue Heelan en el centro del interés de los inversores mundiales. Si a ello se suma la salida de capitales de las Bosas estadounidenses desde que Trump llegó a la Casa Blanca, y muy especialmente desde que comenzó el caos arancelario de ese país hace dos semanas, la defensa europea puede convertirse en uno de los sectores más 'calientes' en esta Guerra Fría a la que la UE y sus vecinos se han visto arrastrados.

El mercado parece entusiasmado con los valores de defensa europeos. ¿Hasta qué punto es por un cambio estructural de perspectivas o simplemente por rotación de capitales de EEUU a este lado del Atlántico?
Mi opinión es que la defensa en Europa va a ser un sector de crecimiento en los próximos 5-10 años. Las perspectivas han cambiado de manera estructural. Y, en ese contexto, los precios son muy atractivos. La ruptura entre EEUU y la UE va a durar, y desde hace dos meses llevamos oyendo que Europa ha estado beneficiándose durante demasiado tiempo del 'dividendo de la paz' que le daba el paraguas disuasorio estadounidense. Ése es un cambio fundamental de mentalidad. Cuando hablo con las empresas, me doy cuenta de que la magnitud del cambio es enorme.
¿Cómo va a afectar ese cambio de paradigma a esas empresas con las que usted habla?
Por ahora todo es 'de arriba hacia abajo'. Las preguntas que el mercado se está haciendo son del estilo: "¿Qué implicaciones tiene para Reinhmetal que Alemania quiera gastarse tal cantidad en defensa?". Y lo mismo para Indra en España o para BAE Systems en Reino Unido. Pero aún no hemos visto qué capacidades concretas van a necesitar los Gobiernos.
¿Se refiere a qué tipos de sistemas de armas?
Claro. La gran cuestión ahora mismo son los Ejércitos de Tierra en el Este de Europa. Eso impacta a las empresas que participan en la fabricación de tanques, artillería, vehículos acorazados... En otras palabras, ¿cómo va a rearmarse toda la frontera con Rusia?
Eso significa fabricación de equipos y aumento de la capacidad de producción.
Sí y no. Europa lleva expandiendo su capacidad de producción desde hace tres años [cuando Rusia invadió Ucrania] y sus presupuestos de defensa desde hace dos. Lo que estamos viendo ahora es cómo esos presupuestos pasan del 1,5% del PIB al 2%. Lo que veremos en los próximos cinco años es el salto del 2% del PIB al 3%. Eso implica una aceleración de la cifra de negocio para las empresas, pero, también, más gasto en áreas como tecnología o comunicaciones, que no forman parte de esa primera oleada de la que estamos hablando. Ahora mismo las empresas ya están viendo cómo su facturación crece, pero el verdadero impacto de las decisiones que los Gobiernos están adoptando en 2025 se sentirá en 2027 y 2028. Ése es el momento en el que el sector despegará.
Nos estamos centrando en el corto plazo. Pero Europa está planeando invertir más en defensa de manera permanente. Una vez que concluya esta fase centrada en Ejércitos de Tierra en la frontera con Rusia, ¿dónde se concentrará el gasto?
Girará sobre todo en torno a la tecnología y a cómo mantener una ventaja sostenida sobre el adversario. Eso significa fundamentalmente tres cosas. La primera es vigilancia, es decir, radares, sistemas de alerta temprana, etcétera. La segunda es comunicaciones, es decir, cómo mantener interconectados todos los sistemas. La tercera, la superioridad aérea, que puede ser una combinación de [cazabombarderos] Eurofighter y Rafale con sistemas antimisiles y drones, que pueden ser sofisticados pero también muy básicos. Todo eso requiere tener la capacidad para fabricar armas, no solo para abastecer a las Fuerzas Armadas de los países europeos sino, también, porque la capacidad industrial militar es, en sí misma, un elemento de disuasión. Si un país es capaz de fabricar mil drones al mes si es atacado, cualquiera se lo va a pensar mucho antes de hacerle nada.
Todo eso ¿pasará de forma escalonada en el tiempo o simultánea?
Desarrollar esas capacidades lleva tiempo. Reinhmetal está trabajando en un equivalente europeo de los HIMARS estadounidenses [misiles tierra-tierra que han tenido un impacto devastador en Ucrania], pero no lo tendrá hasta 2028 o 2029. No tenemos nada que se parezca al [cazabombardero] F-35. No hay un [misil antiaéreo] Patriot europeo. Así que vamos a seguir dependiendo de Estados Unidos durante mucho tiempo. Pero hay que empezar a hacer cosas.
Reino Unido está excluido del sistema de defensa europeo ya que no está en la UE ni en la EEA. ¿Van a ser las empresas británicas y las perdedoras en este proceso o Gran Bretaña va a firmar un acuerdo de seguridad con la UE para no perderse un trozo de la tarta de 150.000 millones de euros en defensa que la UE va a invertir?
Yo creo que todos trabajarán para llegar a un acuerdo, porque cuantos más países y más empresas participen en la defensa europea, mejor para todos, en especial porque uno de nuestros mayores problemas en este sector es la pequeña escala de la industria. Yo preveo que en unos años haya un gran número de programas de defensa transfronterizos aunque al mismo tiempo los países sigan manteniendo una cierta soberanía sobre su industria de defensa.
¿Cree que los Gobiernos europeos serán renuentes a entregar contratos a empresas europeas controladas por compañías de EEUU o con socios tecnológicos de ese país?
Supongo que se refiere a General Dynamics en España.
Exacto [la estadounidense General Dynamics es la dueña de Santa Bárbara].
Si le soy sincero, no he oído nada al respecto, tal vez porque todo lo que está pasando es tan reciente que habrá que esperar 6-12 meses a ver qué deciden los Gobiernos.
Los Gobiernos europeos son, precisamente, el gran factor de incertidumbre en todo este proceso de defensa de la UE. No todos en Europa ven las cosas igual.
La defensa es una prioridad nacional, y parte de la soberanía de cada país. La Comisión Europea está tratando de generar toda la cohesión posible entre los diferentes Gobiernos, pero en último término es decisión de éstos, por ejemplo, de que el Gobierno español esté dispuesto a gastar más en defensa.