El PSG no falló en el Parque de los Príncipes, donde volvió a superar al Arsenal (2-1) tras el 0-1 de la ida y el 31 de mayo en Munich peleará ante el Inter por levantar la primera Champions de su historia tras fallar en su primer intento, cuando en Lisboa fue batido en la final por el Bayern en agosto del 2020, la temporada marcada por la covid.
De la mano de Luis Enrique el mérito de este PSG es innegable. Ha hecho un equipo tremendamente sólido, con un juego coral y punzante que ha confirmado lo que dijo el técnico asturiano a principios de la temporada y que pocos le creyeron, que este año sin su estrella Kylian Mbappé iban a ser mejores.
El Arsenal
Un rival digno y un equipo de autor
El Arsenal fue un rival digno que vendió muy cara su piel. Los ‘gunners’ son también un equipo de autor. Mikel Arteta ha convertido a un club tradicionalmente perdedor en un grupo combativo e indesmayable, que solo sabe jugar al ataque tenga las bajas que tenga.
El 0-1 de la ida en el Emirates obligaba al Arsenal a no especular y desde el minuto uno salió a comerse al rival, un PSG que de entrada dejaba en el banquillo a Dembelé, una decisión arriesgada de un Luis Enrique al que nunca le ha temblado el pulso y cuya principal característica es no casarse con nadie.
El comienzo del Arsenal no pudo ser más intimidante. Su centro del campo con Rice, Thomas y Odegaard era un émbolo que metió al PSG en su área, incapaz de hacerse con el balón y amparado en las paradas del gigante Donnarumma que un día saca seis balones de gol y de pronto comete un error tremendo.
La primera parte
Tres ocasiones del Arsenal
El Arsenal pudo marcar muy pronto. Ya en el minuto tres el Arsenal casi iguala la eliminatoria porque Rice, tan certero ante el Madrid, falló un gol fácil al cabecear fuera en inmejorable posición. La jugada pareció dejar atontado al PSG porque los ingleses encadenaron dos remates espectaculares a continuación. En el 4, y tras un saque de banda de Thomas al corazón del área, el balón le cayó a Martinelli, que chutó de volea flojito y Donnarumma sacó el cuero en una acción de reflejos. En el 8 llegó la mejor parada del italiano a remate durísimo y ajustado al palo de Odegaard que de nuevo Donnarumma solucionó con una estirada monumental.
Después de ese primer cuarto de hora la presión del Arsenal se hizo menos atosigante porque el PSG encontró la manera de equilibrar el juego en el centro del campo y poco a poco tuvo salida y amenazó por la banda del georgiano Kvaratskhelia, que ya en el 16 finalizó una contra con un remate al palo.
El primer gol
Marca Fabián Ruiz
El Arsenal ya no podía vivir tranquilo porque el PSG encontraba espacios y tiene jugadores muy desequilibrantes, con mucho gol en las botas. Tuvo otra ocasión Doué y ya en el 27 quien no falló fue Fabián Ruiz, quien amagó en la frontal del área, encontró hueco y soltó un latigazo que superó a media altura a David Raya.
El PSG ha marcado 33 goles en esta edición de la Champions, su mejor marca en una temporada en competición europea, pero este era el primero del andaluz, que nunca había marcado ni con el Nápoles ni en el PSG en la máxima competición europea, en la que había jugado 45 partidos.
El 1-0 obligó al Arsenal a volcarse aún más al ataque, lo que provocaba grandes espacios y facilidades para la contra. Barcola tuvo una bastante clara pero su remate fue bastante flojo.
La segunda parte
Vitinha falla un penalti
La segunda parte empezó sin cambio de jugadores y un esquema parecido. El Arsenal salió decidido en busca del empate, pero el peligro estaba más en las contras del PSG, que abría el juego por las bandas y en muy poco se plantaba en el área inglesa.
Donnarumma volvió a ser decisivo para desviar un remate de Saka. En esas, el VAR detectó penalti en un tiro de Achraf que dio en la mano de Lewis-Skely. Nadie lo había visto. Lo chutó fatal el portugués Vitinha, a cámara lenta, y Raya lo paró.
El final
Saka marcó y falló el gol más fácil de su vida
Entró Dembelé por Barcola y Achraf marcó el 2-0 en el 72 al aprovechar un error de Thomas. Con todo ganado, le entró la pájara al PSG. Marcó Saka el 2-1 en una acción en la que erró toda la defensa francesa. Enseguida Saka falló a puerta vacía el gol más fácil de toda su vida.
El partido murió en el área del PSG, que resistió sin problemas las últimas embestidas de los ingleses y se cita con el Inter en Munich. Ayer París, al menos para la gente del PSG, volvió a ser una fiesta. Sin Mbappé y cinco años después, y de la mano de Luis Enrique.
