Indra ha arrancado la exploración de la que sería la mayor operación en el sector de la defensa en la historia de España, la fusión con Escribano y la creación del gran campeón de la industria nacional que quiere el Gobierno.
Para ello, el grupo tecnológico ha contratado a KPMG para analizar la operación, según ha adelantado Expansión. El objetivo es aumentar las capacidades de fabricación de Indra, que quiere dirigir los principales programas para fabricar tanques y blindados de España y para ello necesita hacerse con complejos industriales.
Sin embargo, fuentes de Escribano han trasladado a EL MUNDO que "la compañía no está en venta", aunque sí han reconocido la existencia de "conversaciones preliminares".
El problema que hay sobre la operación es que el presidente de Indra, Ángel Escribano, es el máximo accionista de la empresa del mismo nombre junto a su hermano Javier, con quien comparte la compañía al 50%. A su vez, Escribano es el segundo mayor accionista de Indra con un 14% del capital. Por ello, de ir adelante, la operación sería delicada y requeriría crear mecanismos que evitaran la intervención de ambos hermanos porque Javier también es consejero de la firma.
Se trata de una situación similar a la ocurrida con Hispasat, donde los consejeros del Gobierno debían abandonar la reunión cada vez que se abordaba la compra.
A su vez, las compañías son socias en varios proyectos como Tess Defence, el consorcio a cargo del mayor programa del Ejército de Tierra, el vehículo blindado 8x8, así como el nuevo vehículo de apoyo de cadenas, dos programas milmillonarios llamados a despegar en los próximos años. Precisamente, Indra encabeza esas sociedades y necesita aumentar su capacidad para fabricar los vehículos. Por ello, la compañía intentó comprar la fábrica de Trubia de la estadounidense General Dynamics, una operación que podría volver a la mesa ahora que el Gobierno se ha abierto a coinvertir y tomar posiciones en empresas del ramo.
Escribano, ahora rebautizada como Escribano Mechanical & Engineering cerró el pasado año con unos 350 millones de euros facturados, pero su objetivo es elevar esta cifra muy rápido para situarse por encima de los 1.000 millones de euros gracias al auge de la defensa para 2030. En este sentido, la compañía cuenta con importantes contratos firmados con el Gobierno para proveer por ejemplo vehículos lanzamisiles de la mano de la alemana Rheinmetal por 700 millones de euros.