- Arqueología submarina Una nueva expedición al Titanic revela la degradación de la icónica proa de la nave y descubre una estatua que se creía perdida
En 2023, un escáner capturó 700.000 tomas en alta resolución del Titanic para reproducir la imagen más fiel de un transatlántico que era considerado como el más poderoso, "imposible de hundir". Un trabajo que fue publicado en exclusiva por la BBC.
En vísperas de un nuevo aniversario del hundimiento del barco -14 de abril de 1912- la cadena británica revela nuevos detalles del fatídico momento, extraídos de un documental de National Geographic y Atlantic Productions titulado Titanic: La resurrección digital.
La exploración ofrece una nueva perspectiva de una sala de calderas, confirmando relatos de testigos presenciales que afirmaban que los ingenieros trabajaron hasta el último momento para mantener las luces del barco encendidas.
Además, una simulación por ordenador sugiere que perforaciones en el casco del tamaño de un folio A4 fueron las que provocaron el hundimiento del navío.
El pecio, que se encuentra a 3.800 metros de profundidad en las frías aguas del Atlántico, fue cartografiado utilizando robots submarinos.
La inmensa proa descansa erguida en el lecho marino, casi como si el barco aún siguiera su viaje pero, a 600 metros de distancia, la popa es un amasijo de metal retorcido. El daño fue causado al estrellarse contra el fondo del mar después de que el barco se partiera en dos.
"Tener una vista completa de todo el naufragio es clave para entender qué ocurrió aquí", relata Parks Stephenson, analista del Titanic.
La exploración muestra nuevos detalles en primer plano, incluyendo una escotilla que, con toda probabilidad, fue destrozada por el iceberg. Esto concuerda con los relatos de los supervivientes, que afirmaban que el hielo entró en los camarotes de algunas personas durante la colisión.
Los expertos han estado estudiando una de las enormes salas de calderas del Titanic, que es fácil de identificar en la exploración porque se encuentra en la parte trasera de la sección de proa, justo en el punto donde el barco se partió en dos.
Gran trabajo de los ingenieros
La réplica digital muestra que algunas de las calderas están hundidas hacia dentro, lo que sugiere que seguían en funcionamiento cuando fueron sumergidas en el agua.
Sobre la cubierta de la popa también se ha descubierto una válvula en posición abierta, lo que indica que el vapor seguía fluyendo hacia el sistema generador de electricidad.
Esto habría sido gracias a un equipo de ingenieros liderado por Joseph Bell, que permaneció en su puesto alimentando las calderas con carbón para mantener las luces encendidas.
"Todos murieron tras el desastre, pero sus acciones heroicas salvaron muchas vidas", afirma Parks Stephenson.
"Mantuvieron las luces y la energía funcionando hasta el final, para dar al equipo tiempo de lanzar los botes salvavidas con algo de luz, en lugar de hacerlo en completa oscuridad", dijo a la BBC.
"Contuvieron el caos el mayor tiempo posible, y todo eso quedó de algún modo simbolizado por esa válvula de vapor abierta, ahí, en la popa".
"Usamos algoritmos numéricos avanzados, modelado computacional y capacidades de supercomputación para reconstruir el hundimiento del Titanic", explicó el profesor Jeom-Kee Paik, del University College London, quien lideró la investigación.
La simulación muestra que, con un solo roce contra el iceberg, el barco sufrió una serie de perforaciones alineadas a lo largo de una sección estrecha del casco.
El Titanic no se podía sumergir -se supone-, pues fue diseñado para mantenerse a flote incluso si cuatro de sus compartimentos estancos se inundaban.
Pero la simulación calcula que los daños provocados por el iceberg se extendieron a lo largo de seis compartimentos.
"La diferencia entre que el Titanic se hundiera o no se reduce a pequeños márgenes, a agujeros del tamaño de una hoja de papel", dijo Simon Benson, profesor asociado de arquitectura naval en la Universidad de Newcastle.
"Pero el problema es que esos pequeños agujeros están distribuidos a lo largo de una gran parte del barco, por lo que el agua de mar entra lentamente pero de forma constante por todos ellos, y los compartimentos se inundan por completo y el Titanic se hunde".
Lamentablemente, los daños no pueden verse en la nueva exploración, ya que la parte inferior de la proa está oculta bajo el sedimento.
Las pertenencias personales de los pasajeros del barco están esparcidas por el fondo del mar.
La exploración está proporcionando nuevas pistas sobre aquella fría noche de 1912, pero llevará años examinar por completo cada detalle de la réplica en 3D.
"Nos nos va contando sus historias poco a poco. Cada vez, nos deja con ganas de saber más", finaliza Parks Stephenson.