Andá p'allá, bobo
¡Ojalá te hubiese salvado la vida, amigo, ojalá!

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas / ·


Emilio Pérez de Rozas
Emilio Pérez de RozasPeriodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Muchos creen, muchos piensan, que no se puede ser un grande siendo tan modesto. Los hay, sí, bobos ellos, que asocian la inmensidad de alguien con el boato que se da, a sus maneras de grande, cuando no hay nada mejor que ser un inmenso sin parecerlo. Bueno, sin serlo.
Debe ser complicadísimo ser un maestro sin dar clases. Imposible, pensarán muchos. Pues Él, lo era. Solo tenías que observarlo para aprender. Ya no te cuento si le escuchabas como hay que escuchar a los grandes, a los inmensos, a los maestros que no quieren ser profesores de nada ni de nadie.
Él tenía poco más de un año más que yo. Él vivía en Madrid. A Él lo veía muy de vez en cuando. Pero de Él hablaba muy a menudo. Es más, él fue motivo de conversación con otro monstruo, con don Matías Prats Cañete, el grande, el tremendo. Dos joyas de la locución, dos catedráticos de la charla futbolística. Y, sí, sí, hubo un tiempo que hablaba con don Matías de José Ángel de la Casa. A don Matías no le costaba nada descolgar el teléfono y charlar. Su voz era siempre fantástica.
Ahora se ha ido José Ángel, que un día me dijo, en la madrugada más horrible de nuestra profesión, que yo le había salvado la vida. ¡Ojalá te hubiese salvado la vida, amigo, ojalá! ¡Aún vivirías, para felicidad de todos nosotros! Él no lo sabía, aunque luego platicamos, lo comentamos, durante muchos años, pero nos salvamos la vida (profesional) mutuamente, aunque, ciertamente, él estaba mucho más apurado que yo en aquel momento.
Todo ocurrió la noche más horrible del fútbol. La más tremenda, aquel 29 de mayo de 1985. Sí, ahora se cumplirán los 40 años de aquella fatídica noche, de aquella final de Heysel, aquel tenebroso Juventus-Liverpool, que acabó con 39 muertos y centenares de heridos.

Homenaje a José Ángel de la Casa por los protagonista del 12-1 a Malta. / EL PERIÓDICO
El estadio se convirtió en una terrible, horrorosa y estremecedora zona cero. Se fue la luz, pero la luz de verdad. No funcionaba nada. No había conexión alguna. José Ángel estaba solo en la cabina de TVE y no podía moverse porque no podía soltar el micrófono. Y yo, contando cadáveres en el parking del estadio y tratando de contactar con mi amigo y compañero Luis Gómez, que estaba esperando las primeras informaciones mías para poder redactar una crónica de alcance para la primera edición de El País.
Nunca olvidaré la noche de la tragedia de Heysel, de la que ahora se cumplen 40 años, cuando viví toda aquella desgracia junto a José Ángel, tan desconcertados y aturdidos como estábamos los dos ante semejante desgracia.
Fue entonces cuando se me ocurrió que José Ángel podía ser el vehículo para que yo pudiese contarle a Luis (y al mundo, claro, a toda España), lo que estaba sucediendo, lo que había ocurrido, lo horroroso de aquel desastre. Ascendí hasta su cabina y cuando abrí la puerta para contarle todo lo que estaba ocurriendo, él me ofreció su micrófono y estuvimos contando toda aquella tragedia. Por una noche, fui el mejor colega del maestro.
Luis Gómez, que me oyó en la tele, redactó, en efecto, una primera crónica de lo ocurrido y José Ángel, tras acabar nuestra narración, me aseguró que le había salvado la vida. Y era mentira, simplemente habíamos hecho nuestro trabajo. Yo le había regalado mi información a cambio de que él me salvará mi crónica, gracias a su conexión, que era de las pocas que funcionaban en Heysel.
Es por eso que ahora me duele el alma, porque cuando uno vive momentos así con un amigo, jamás los olvida. Y menos si el colega se llama José Ángel de la Casa.
Suscríbete para seguir leyendo
- La afición del Espanyol reacciona al fichaje de Joan Garcia por el Barça: 'Es un traidor y se lo haremos pasar mal en Cornellà
- Jaque mate de las futbolistas al Levante Badalona: 'Es el mayor circo que he vivido como profesional
- Cero de cinco en Champions, no está mal
- ¿Por qué el Barça no juega el Mundial de Clubs 2025?
- El agente de Nico Williams se reúne con Deco en Barcelona
- Víctor Font celebra el fichaje de Joan Garcia y denuncia 'bullying' a Ter Stegen
- Los árbitros expulsan al Barça de la Champions (30-31)
- Ernest Riveras, periodista: 'Reconozcamos que los Juegos de Barcelona ya han sido superados